A través de consejerías en salud sexual y reproductiva, mujeres y personas con capacidad de gestar acceden luego de un parto, cesárea o aborto a métodos anticonceptivos de corta a larga duración antes del alta. El hospital San Roque de Paraná brinda este espacio de encuentro, escucha activa e información.
La anticoncepción inmediata posevento obstétrico (Aipeo) es una estrategia que viene implementándose hace mucho tiempo y que significa una oportunidad muy valiosa en términos de salud. Permite disminuir los embarazos no intencionales como también el periodo intergénesico corto (tiempo entre el último embarazo y el siguiente), la morbimortalidad materna y los abortos inseguros.
Con información clara, precisa y con perspectiva de derechos y género, adolescentes, mujeres y personas con capacidad de gestar acceden –bajo su consentimiento- al método de anticoncepción que deseen y que se adapte a su situación social y económica.
La Licenciada en Obstetricia e Integrante de la estrategia de Alta Conjunta del Hospital Materno Infantil San Roque (HMISR), Valeria Plugoboy, detalló sobre la estrategia: “Hemos logrado que todas las mujeres y personas con capacidad de gestar pasen por la consejería, y quienes lo deseen, elijan un método, porque no se trata de una imposición sino de una elección. Se trata de una oportunidad de oro ya que en nuestro país prácticamente el 100 por ciento de los nacimientos son institucionales, y las mujeres están internadas un promedio de 48 horas, con lo cual es importante aprovechar esa instancia para brindar información”.
En 2023, el HMISR registró 2204 partos (vaginales y cesáreas) y 295 abortos con internaciones. Estas instancias dieron lugar a espacios de consejerías donde más del 95 por ciento de las mujeres recibió información sobre anticoncepción posevento obstétrico. De ese total, el 53,5 eligió métodos hormonales (píldoras, implantes, e inyectables).
Cabe indicar que el preservativo se incluye en la entrega preventiva junto con la anticoncepción de emergencia.
Por su parte, el segundo método más común y elegido por las usuarias es la ligadura de trompas (27,8 por ciento). Esto refleja la preferencia por un método permanente entre una porción significativa de la población y el mayor acceso a esta opción durante los últimos años (2020 al día de hoy).
En tanto, el dispositivo intrauterino (DIU) representa sólo el 1,44 por ciento, dato que evidencia una menor preferencia por este método a pesar de su alta eficacia.
En cuanto a la potencia del espacio de consejería, Plugoboy expresó: “Es un tiempo para la escucha activa de las personas –ya sea con sus parejas, acompañadas o solas-, donde hay un diálogo de saberes, no solo se aborda la necesidad del método anticonceptivo, sino que se tienen en cuenta ideas, creencias, saberes, preferencias, posibilidades, y todas estas cuestiones se alojan en la conversación.
Al mismo tiempo, desde las consejerías se viene trabajando arduamente con las personas con discapacidad. Sobre ello Plugoboy expresó: “Es fundamental implementar ajustes razonables y ofrecer apoyos para garantizar que puedan tomar decisiones informadas y autónomas, al igual que el resto de la población”.
Desde el HMISR, se proveen a la paciente los métodos para por lo menos unos tres a seis meses, donde también se tiene en cuenta su contexto, las barreras socio-económicas que pueda tener y la situación de vulnerabilidad.
No obstante, Plugoboy señaló que una vez que la persona recibe el alta, los centros de salud son los que dan continuidad a la provisión de los métodos anticonceptivos.
Tras ser consultada sobre las franjas etarias de las personas que acceden al Aipeo, la profesional indicó que en general la edad no es un factor condicionante pero recordó que a partir de los 13 años los adolescentes pueden consentir todos los métodos anticonceptivos que no impliquen ningún riesgo para la vida o para la salud. “Y desde los 16 años, con las modificaciones en el Código Civil y comercial, pueden incluso hasta tomar la decisión de realizarse una ligadura de trompas o una vasectomía”, agregó.
Con los datos provistos, es posible señalar que los métodos hormonales (píldora, implante, inyectables) son ampliamente utilizados, lo que refleja una preferencia considerable por métodos de corta a larga duración. En tanto la ligadura de trompas también es significativamente elegida. A pesar de la alta tasa de uso del condón, esto se debe en parte a su inclusión en estrategias preventivas junto con la anticoncepción de emergencia y otros métodos hormonales. Por lo que el cuidado anticonceptivo recae principalmente en las mujeres o personas con capacidad de gestar (PCG).
Finalmente, los desafíos que se presentan son promover aún más los espacios de consejería en salud sexual y reproductiva en otros puntos de encuentro (consulta prenatal, vacunación, salas de espera y otras consultas), el acceso al DIU, y la aceptación al preservativo como estrategia de prevención combinada con otros métodos, y generar instancias de acceso a la vasectomía para aquellos varones que lo deseen, teniendo en cuenta el creciente interés y demanda percibidos.