Las medidas de prevención y el chequeo dermatológico son claves para evitar el cáncer de piel. Desde el Ministerio de Salud de Entre Ríos, en el día mundial de concientización sobre este problema de salud, se refuerzan las estrategias de cuidado a través de las áreas y servicios de la cartera sanitaria.

Si bien el 13 de junio es una ocasión especial para difundir mensajes de prevención, es indispensable que las personas sepan que debemos protegernos del sol durante todo el año, no solo en el verano. “Una lesión en la piel que no cicatriza o un cambio en un lunar puede ser un signo de cáncer de piel” explica Verónica Vilchez., oncóloga clínica, integrante del servicio de oncología clínica del Hospital San Martín.

La especialista indicó que “los tumores de piel son probablemente los más frecuentes en las personas, pero no tienen tanta prensa”, y aclaró que, esto se debe a que la mayoría de las veces, aproximadamente en un 85 por ciento de los casos, “estos tumores se diagnostican en estadios tempranos en el consultorio dermatológico y se tratan quirúrgicamente, por lo cual, no llegan a verse en los servicios de oncología”.

Este tipo de cáncer se forma con la generación de células tumorales en los tejidos de la piel, debido a diversos factores, siendo el más importante la exposición solar, quemaduras solares reiteradas o la exposición a largo plazo.

De acuerdo con los datos estadísticos, Vilchez señaló que “los tumores de piel más frecuentes, son los carcinomas basocelulares, que representan el 80 por ciento de los tumores de piel”.

“El carcinoma escamoso es el que sigue en frecuencia” señaló la médica y remarcó que el tipo de tumor denominado melanoma, es de menor incidencia -corresponde al 5 por ciento-y  “se generan en las células que le dan pigmento a la piel, mientras que solo el 25 por ciento de los melanomas se originan en un lunar pre existente, y el 75 por ciento se trata de una lesión pigmentada nueva”.

“Es importante remarcar que los tumores más frecuentes son los más indolentes y por el contrario, el que es menos frecuente, el melanoma, es un tumor con mayor potencialidad de malignidad”, remarcó.

Protección y controles regulares

En todo el sistema de salud, pero particularmente desde el ámbito de la dermatología como desde la oncología, se recomiendan medidas concretas de prevención. “La fotoprotección y la fotoeducación son elementales”, sostuvo Vilchez respecto al rol fundamental que cumple la educación en relación a las pautas de protección solar.

En este sentido la profesional planteó un simple ejercicio de nemotecnia – de memoria- en donde todos los meses que tienen la letra “R” – de septiembre a abril- se deben tomar medidas mucho más importantes en cuanto a la exposición solar.

«No debemos exponernos al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, sobre todo en estos meses, que son los que tienen mayor impacto de la radiación ultravioleta sobre la piel, en nuestra área”, aseveró Vilchez y recomendó que “los niños, sobre todo los menores de 5 años, no deben tener quemaduras solares. Debemos protegerlos con remeras, con gorro de ala ancha, más allá de lo que son los protectores solares”.

Del mismo modo aseguró que el chequeo regular con especialistas es una de las  medidas de prevención más efectivas.  “Una examinación completa y correcta de la piel, a través del dermatoscopio -que es un aparato con una luz con el cual puede revisar todas las lesiones que están en la piel- permite discernir cuáles son de riesgo y cuáles no, y en base a eso decidir algún otro estudio”, sostuvo Vilchez respecto a los controles que se hacen el servicio público, para agregar que además se tienen en cuenta los antecedentes familiares y personales, o el tipo de piel, para establecer una rutina de controles o estudios complementarios y poder “mapear toda la piel para tener un panorama completo”.

Para la prevención se recomienda el uso de protectores solares que estén testeados dermatológicamente y que tengan protección para los rayos UVB y UVA; el uso de lentes de sol, gorros o sombreros que protejan el cuerpo de zonas expuestas a la radiación solar, como la cara, brazos, piernas, cuello, son algunas de las medidas que debemos adoptar de manera rutinaria.