La Secretaría de Cultura de Entre Ríos invita a actividades culturales gratuitas organizadas en el templo religioso más antiguo de la ciudad.
A las clásicas actividades de receso de invierno en los museos entrerrianos, este año se suman singulares propuestas en la Capilla, monumento histórico religioso y espacio patrimonial de la ciudad de Paraná.
El jueves 13 de julio se realizará una actividad lúdica para las infancias: “Un Cuento bajo la Cúpula”. Se trata de un taller a cargo de Jor Cecchin y Ricardo Jaimovich. La actividad comenzará a las 14hs. ¿Qué juegos podemos inventar con las miradas actuales en un viaje a lo histórico?, se preguntan los coordinadores. Será un encuentro para crear objetos e instalaciones de arte con cuentos históricos. La actividad se repetirá también el jueves 20 de julio a las 16hs
La artista Pamela Villarraza presentará “El Ovillo” (intervención). Una cita para tejer, coser, anudar, bordar, colgar y lo que aparezca con los visitantes que tengan ganas de sumarse a esta experiencia. También tendrá una modalidad de taller y se realizará el vienes 14 y 21 de julio, de 14 a 15:30hs.
Las visitas guiadas “La Capilla del campo de San Miguel” ya se convirtieron en un clásico de paranaenses y turistas que buscan conocer la historia de la Capilla Norte de San Miguel, desde su inicio en 1822 en el Barrio del Tambor hasta nuestros días, reconociendo así el espacio patrimonial de esta obra tan singular para la ciudad y la Provincia. Las visitas estarán a cargo de Jorgelina Cabor, Vanina Pérez Elena y Silvia Vitale. Se realizarán los días 15 y 22 de julio a partir de las 16hs.
Todas las actividades serán con acceso libre y gratuito, y no requieren inscripción previa. La Capilla Norte de San Miguel Arcángel se encuentra ubicada en calle Buenos Aires 428, de la ciudad de Paraná.
Para consultar el detalle y la programación ingresar en el siguiente enlace: AQUÍ
Historia de una capilla singular
La Capilla nació mirando al río en el siglo XIX (1822) en un sector periférico a la iglesia matriz, pero de camino al puerto de la Villa, lugar donde se asentaba mayoritariamente la población afrodescendiente. Con los nombres de Barrio del Tambor o Barrio del Candombe se conoció popularmente a esta zona donde vivieron más negros libertos durante el siglo XIX.
La singularidad de esta obra puede reconocerse desde diversas miradas: La primera, refiere a su presencia única en el espacio urbano. El segundo rasgo importante es su tipología espacial y su resolución estructural, constituida por una nave central de planta cuadrada cubierta por una cúpula con linterna y sostenida por cuatro arcos a la que se adosan dos salas laterales, ya que en el contexto regional no se ha verificado la existencia de otra obra de similares características. Estas condiciones responden a la selección de los materiales de la industria local, tales como el ladrillo de barro cocido y la cal que se extraía de las barrancas del Paraná.