Es un lugar actualmente ubicado cerca de la localidad de Rocamora, en el Departamento Uruguay, Entre Ríos. En 2014 fue puesto en valor por una ONG; es considerado como “Sitio Histórico Nacional” mediante Decreto 2840 de 1983. En el presente tiene una actividad fluida, con recorridas nocturnas, acampes, visitas guiadas y dramatizaciones de episodios que allí ocurrieron a lo largo del Siglo XIX.
Este fin de semana, con una nueva conmemoración de la gesta de Caseros, el gobernador de la provincia Rogelio Frigerio participará de un acto que recordará el “nacimiento de la República” y que además de las palabras alusivas se realizará una recreación artística de la Batalla de Caseros y el mandatario provincial formalizará la entrega del Decreto que declara “De interés el Circuito del Camino del Ejército Grande.
Fue el punto de concentración de cerca de 30.000 soldados que acompañarían al general Justo José de Urquiza, a la victoria de la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852. Se trata de un predio de 18 hectáreas con paisajes indiscutidamente entrerrianos, con espinillos y selva en galería sobre el arroyo Calá. En este mismo espacio funciona el cementerio de la comuna de Rocamora, un lugar que también fue camposanto para las tropas de Urquiza.
Una de las claves de la victoria del Ejército Grande en la batalla de Caseros, es la exhaustiva planificación que hizo el líder entrerriano, del movimiento de las tropas propias y las enemigas; y la previsión de la logística necesaria para sus batallones de infantería y caballería. En este último punto reside la importancia del Campamento Calá, cuya estructura proporcionó los elementos suficientes para emprender desde allí la marcha rumbo a Buenos Aires y enfrentarse a Juan Manuel de Rosas.
El sitio tiene un antecedente. En 1818 el general Francisco Ramírez reunió en Calá su primer ejército, y luego en el mismo solar acampó el general Urquiza con sus hombres. Pero Urquiza fue quien la convirtió en una verdadera ciudad cuartel. Allí hizo construir varias piezas y galpones de techo pajizo destinados a habitaciones y oficinas militares, hospital, herrería, residencia de jefes y capellán, jabonería, barracas y pulperías.
Las historias sobre su destino final van y vienen pero una es que a las pocas horas del asesinato de Urquiza, desde el Palacio San José se emitió una orden para que volaran el polvorín que allí se encontraba y no pudiera ser utilizado por los hombres de López Jordán. Quedaron las ruinas como testimonio de aquel episodio. Y un tiempo antes allí también confluyeron los soldados que debieron participar en la guerra contra el Paraguay.
La obra de la Asociación de Amigos
El profesor Gastón Buet, presidente de la Asociación de Amigos del Campamento, pionero de esa puesta en valor histórica y patrimonial, junto a sus colaboradores, trabajaron para dotar el espacio con senderos autoguiados con indicaciones, y espacios específicamente delimitados para comer y descansar durante la recorrida. Según remarcó el profesor Buet, uno de los referentes que mantienen este lugar para la visita de los interesados, se trataba de una escuela cuartel que estuvo activa durante unos diez años hasta la batalla histórica donde Urquiza derrotó a Rosas.
“Este campamento llegó a albergar a unos 30.000 soldados, 30.000 caballos, personal de trabajo, mujeres y niños. Fue prácticamente una ciudad cuartel que contaba con todo lo necesario para sostenerse, incluso el propio Urquiza vivió varios años en el lugar”, señaló el propio Buet.
Para tener en cuenta
Rocamora es una localidad y comuna de 2ª categoría del distrito Moscas del departamento Uruguay. Lleva el nombre de su estación de ferrocarril, designada en homenaje a Tomás de Rocamora. El 19 de enero de 1876 una ley mandó fundar la villa de Rocamora en la zona del campamento del Calá.